jueves, 21 de enero de 2016

EJEMPLO DE ENSAYO LITERARIO

“El cuento como herramienta de iniciación a la lectura”. 

Muchos autores de libros sobre literatura pasan por alto los cuentos considerando que constituyen un género menor y que no merecen a penas consideración, sin embargo opino que no tiene que ser así, como voy a demostrar en mi ensayo y además que constituye una herramienta maravillosa para iniciar a la infancia en un mundo mágico, infinito y enriquecedor, el de los libros.
Comencemos desmontando el mito de que el cuento es un género menor en importancia. No es complicado hacerlo pues basta referirse a las plumas de Julio Cortazar, Benedetti, Borges o Eduardo Galeano entre muchos otros, para defender que el cuento puede tener una alta categoría y ser mucho más que un mero relato para niños.
Pero incluso en los relatos infantiles despreciar la tinta de Andersen, Grimm o Perrault es una soberbia inconmensurable digna de arrogantes críticos demasiado encerrados en un universo propio de letras y polvorientos escritos. Como pueden ver en los anexos que adjunto, no son pocas las voces autorizadas que defienden la calidad literaria de los grandes autores de cuentos.
El germen de los cuentos está en la tradición oral y es por esto que han sido en muchos casos despreciados cuándo pasaron a ser un género literario. En un principio se limitaban a recoger estas narraciones tradicionales, pero el cuento ha evolucionado y ya no se limita a ser una simple recopilación de leyendas constituyendo un género propio, con sus subgéneros y peculiaridades.
Y una vez hemos dejado clara su importancia literaria, hablemos de su influencia en las jóvenes mentes como inductor a la lectura.
La mayoría de los niños tienen su primer contacto con los libros a través de los coloridos ejemplares que sus padres les sujetan para que observen los dibujos mientras les narran lo que allí está escrito. Cuándo comienzan a leer, son los cuentos los primeros escritos sobre los que posan sus miradas tratando de descifrar los mágicos secretos que encierran. Cumplen todos los requisitos: son breves, de lenguaje sencillo y los temas atrapan su imaginación que rebosa misterios, hadas, princesas y enanitos mágicos.
Con el tiempo y la edad, un niño al que se le ha inculcado el placer de dormirse con un cuento, comenzará a desear saber por si mismo que sucede a sus personajes favoritos y poco a poco se adentrará en el íntimo placer de sumergirse en las páginas de un libro y comenzar a vivir sus historias sin más voz que esa interior que te acaricia el alma cuándo te sitúas frente al hechizo de las palabras.
Un cuento puede crear lectores no solo entre los niños. Los libros de cuentos o relatos breves para adultos atrapan a personas que han dejado atrás la infancia y que inmersos en una vida de prisas y estrés no encuentran tiempo para leer una novela más extensa. Los cuentos permiten aprovechar una espera en la consulta del médico, un viaje en el transporte público o un breve instante antes de entregarse al sueño para abanicar sus hojas y dejar que sus letras nos arranquen durante un breve rato de la rutina diaria y su torbellino de ruidos y prisas y nos transporte a diferentes lugares dando un respiro a nuestra mente, demasiado sometida a una constante ansiedad.
Creo haber demostrado que el cuento no solo no es un género menor, sino que puede estar a la altura de las más grandes obras y que su importancia es básica y primordial para el fomento de la lectura en niños y adultos, ayudando a que la sana costumbre de la lectura perviva en las nuevas generaciones.
Seamos pues unos “cuentistas” irreductibles con nuestros hijos, descubrámosles el placer de no poner barreras a los sueños y de amar la lectura, a través de nuestras voces en un principio y de forma autónoma y con sus personales elecciones más adelante.

miércoles, 13 de enero de 2016

Cuento de ciencia ficciòn

La sonrisa del cyborg

[Cuento. Texto completo.]

Isaac Asimov


Johnson estaba rememorando del modo en que lo hacen los viejos y me habían advertido de que hablaría acerca de los cyborg -esas personas que cruzaron velozmente la escena de los negocios a comienzos de este siglo XXI nuestro. Aun así, había tomado una buena comida a su cargo y estaba listo para escuchar.
Y, como sucedió, fue la primera palabra que salió de su boca.
-Los cyborg -dijo- no estaban regulados en aquellos días. Hoy en día, su empleo está tan controlado que nadie puede obtener ningún beneficio de ellos, pero hace un tiempo... Uno de ellos hizo a esta compañía el negocio de diez mil millones de dólares que ahora es. Yo lo elegí, ¿sabe?
-Me dijeron que no duraron mucho -dije.
-No en esos días. Se extinguieron. Cuando uno agrega microchips en puntos clave del sistema nervioso, luego, en diez años a lo sumo, el cableado se funde, por así decirlo. Luego se retiraron... -una pequeña laguna- conformes, ¿sabe?
-Me extraña que alguien se sometiera a eso.
-Bueno, los idealistas estaban horrorizados, por supuesto, y es por eso que llegó la regulación, pero no fue tan malo para los cyborg. Solo ciertas personas podían hacer uso de los microchips ­cerca del ochenta por ciento de ellos eran varones, por alguna razón- y, para el tiempo en que estuvieron activos, vivieron vidas de magnates navieros. Después de eso, siempre recibieron el mejor de los cuidados... no diferente del que recibían los atletas de primera línea, después de todo; diez años de vida joven activa, y luego el retiro.
Johnson sorbió de su trago.
-Un cyborg no-regulado podía influenciar las emociones de otras personas, ¿sabe?, si estaban bien instalados los chips y tenían talento. Podían emitir juicios sobre la base de lo que percibían en otras mentes y podían reforzar algunos de los juicios que estaban haciendo los competidores, o despertarlos para bien de la compañía local. No era injusto. Las otras compañías tenían a sus propios cyborg haciendo lo mismo -suspiró-. Ahora, ese tipo de cosas es ilegal. Es una pena.
-Escuché que esa ilegal colocación de chips sigue haciéndose -le dije, confidente.
Johnson gruñó.
-Sin comentario -dijo, y lo dejé pasar-. Pero incluso hace treinta años -continuó-, las cosas estaban todavía a la vista de todos. Nuestra compañía era solo un punto insignificante en la economía global, pero habíamos localizados dos cyborg que deseaban trabajar para nosotros.
-¿Dos? Nunca antes escuché eso.
Johnson me miró ladinamente.
-Sí, nosotros lo arreglamos. No es ampliamente conocido en el mundo exterior, pero devino en un reclutamiento inteligente y eso era ligeramente -sólo una pizca- ilegal., incluso entonces. Por supuesto, no pudimos contratarlos a los dos. Conseguir que dos cyborg trabajen juntos es imposible. Son como los grandes maestros de ajedrez, supongo. Póngalos en la misma habitación y automáticamente se desafiarán mutuamente. Competirían continuamente, cada uno intentando influir y confutar al otro. No se detendrían -realmente no podrían- y se fundirían el uno al otro en seis meses. Varias compañías lo averiguaron, a gran costo, cuando los cyborg entraron en operación.
-Puedo imaginarlo -murmuré.
-De modo que ya que no podíamos tener a los dos, y solo a uno, queríamos al más poderoso, obviamente, y eso solo podía ser determinado oponiendo el uno al otro, sin permitir que se arruinaran. Me dieron a mí ese trabajo, y estaba bastante claro que si escogía a uno que, al final, resultara inadecuado, también sería mi final.
-¿Cómo lo hizo, señor?
Sabía que había tenido éxito, por supuesto. Una persona no puede convertirse en el presidente del consejo de una firma de nivel mundial por nada.
-Tuve que improvisar -dijo Johnson-. Primero, investigué a cada uno por separado. Los dos eran conocidos por sus códigos, para decir la verdad. Es esos días, sus verdaderas identidades tenían que estar ocultas. Un cyborg que se supiera que era un cyborg era medio inútil. Ellos eran C-12 y F-71 en nuestros registros. Ambos estaban al final de los veinte. C-12 no tenía compromisos; F-17 estaba comprometido para casarse.
-¿Casarse? -dije, un poco sorprendido.
-Por cierto. Los cyborg son humanos, y los cyborg masculinos son muy buscados por las mujeres. Es seguro que serán ricos y, cuando se retiren, sus fortunas estarán habitualmente bajo el control de sus esposas. Es un buen partido para una joven... Entonces los puse juntos, con la novia de F-71. Deseaba ansiosamente que ella fuera guapa, y lo era. Encontrarme con ella fue casi un impacto físico para mí. Era la mujer más hermosa que hubiera visto jamás, alta, de ojos oscuros, con una figura maravillosa, y apenas algo más que una insinuación de ardiente sexualidad.
Johnson pareció perderse en sus pensamientos por un momento, luego continuó.
-Le digo que tuve la fuerte inclinación de ganar a la mujer para mí mismo pero no era posible que cualquiera que tuviera un cyborg lo transfiriera a un simple ejecutivo novel, que es lo que yo era en esos días. Transferirse ella misma a otro cyborg sería otra cosa... y pude ver que C-12 estaba tan afectado como yo. No le podía quitar los ojos de encima. De modo que permití que las cosas evolucionaran para ver quién terminaba con la joven.
-¿Y quién fue, señor? -pregunté.
-Llevó dos días de intenso conflicto mental. Cada uno debía haber consumido un mes de sus vidas laborales, pero la joven salió con C-12 como su nuevo novio.
-Ah, entonces usted escogió a C-12 como el cyborg de la firma.
Johnson me miró fijo con desdeño.
-¿Está loco? No hice tal cosa. Elegí a F-71, por supuesto. Ubicamos a C-12 en una pequeña subsidiaria nuestra. No sería bueno para nadie más, ya que le conocíamos, ¿sabe?
-Pero, ¿me perdí de algo? Si F-71 perdió a su novia, y C-12 la ganó... seguramente C-12 era superior.
-¿Lo era? Los cyborg no muestran emociones en casos como este; no emociones obvias. Es necesario para los propósitos comerciales que los cyborg escondan su poder, de modo que la cara de póquer es una necesidad profesional para ellos. Pero yo estaba observando muy de cerca -mi propio trabajo estaba en riesgo- y, cuando C-12 salió con la mujer, noté una pequeña sonrisa en los labios de F-71, y me pareció que había un brillo de victoria en sus ojos.
-Pero perdió a su novia.
-¿No se le ocurre que quería perderla y que no sería fácil disimular su entrega? Tuvo que trabajar sobre C-12 para que la quisiera, y sobre la mujer para que quisiera ser querida... y lo hizo. Ganó.
Pensé sobre el asunto.
-Pero, ¿cómo pudo estar seguro? Si la mujer era tan guapa como dijo que era... si estaba radiante de sexualidad, seguramente F-71 habría querido retenerla.
-Pero F-71 estaba haciendo que ella se viera deseable -dijo Johnson con tono grave-. Apuntó a C-12, por supuesto, pero con tanta fuerza que el exceso fue suficiente para afectarme drásticamente. Después de que todo pasara, y que C-12 se quedara con ella, no estuve más bajo la influencia y pude ver que había algo duro y podrido en ella... una especie de brillo egoísta y depredador en sus ojos. De modo que escogí a F-71 inmediatamente y fue todo lo que podíamos desear. La firma está ahora donde usted ve, y soy el presidente del consejo.
FIN

Rúbrica para evaluar cuento de ciencia ficción

EXPERTO AVANZADO APRENDIZ 20 17 14 ESTRUCTURA DEL CUENTO La redacción y narración del cuento permite identificar claramente el inicio, d...